Los productos cárnicos curados, cocidos o preparados son ideales para ser procesados mediante la tecnología de altas presiones. Debido a que las altas presiones actúan de forma uniforme en todos los puntos del producto, este puede ser procesado eficazmente en cualquier formato (pieza entera, loncheado, troceado, en tiras, etc.) manteniendo su integridad y volumen inicial. El producto puede ser envasado al vacío, en skin o en MAP. Los materiales usados deben ser flexibles o semi-flexibles (15-20%) para permitir la compresión durante el proceso.
Ya se pueden encontrar en el mercado internacional productos procesados mediante esta tecnología, tales como el jamón curado loncheado o entero, jamón cocido de cerdo, pavo o pollo, mortadela, salchichas, bacón, chorizo y trozos de pollo cocido, asado o simplemente marinado.
La vida útil del producto se multiplica por 2 e incluso por 3, debido a la erradicación de patógenos, levaduras, mohos y cualquier flora vegetativa alterante. Las altas presiones mantienen las propiedades organolépticas originales favoreciendo a la vez la seguridad alimentaria del producto.
Productos cárnicos cocidos
Productos cárnicos curados
Carnes marinadas
Otras aplicaciones
El primer producto cárnico presurizado y comercializado mundialmente fue el jamón curado, para la eliminación de Listeria. Actualmente esta aplicación es ya un procedimiento totalmente implantado en el sector. La tecnología de altas presiones está aprobada en Estados Unidos por el FSIS (Food Safety and Inspection Service) para la higienización de alimentos.