Los productos del mar, frescos, cocidos o preparados, sometidos a las altas presiones mantienen toda su frescura, además de alcanzarse un mayor rendimiento y una vida útil más larga. Debido a que las altas presiones actúan de forma uniforme en todos los puntos del producto, se mantienen su integridad y volumen inicial y los resultados conseguidos son homogéneos. El producto puede ser envasado al vacío, en skin o en MAP y los materiales usados deben ser flexibles para permitir la compresión durante el proceso (por ej., bolsas, bandejas, terrinas). Actualmente, productos como ostras, almejas, mejillones, bogavantes, cangrejos, gambas, bacalao desalado, merluza y platos preparados de pescado se procesan industrialmente por altas presiones. Las altas presiones en productos del mar se aplican fundamentalmente para la extracción de carne de crustáceos y moluscos, y la higienización de productos manipulados antes del envasado. Las altas presiones mantienen el sabor fresco característico de los productos del mar y las propiedades organolépticas y funcionales que les son atribuidas. Esta tecnología permite alargar la vida útil del producto de 2 a 4 veces, aumentando su seguridad alimentaria. Crustáceos
Moluscos
La alta presión se usa también para la higienización de productos del mar, en particular a través de la inactivación de Vibrio (por ej., Ostras). Otros microorganismos característicos en los productos del mar, tales como Salmonella, Campylobacter, Anisakis, Listeria o E.coli son igualmente inactivados por la alta presión. Se inhiben, asimismo, la formación de aminas, favoreciendo la calidad sensorial y la vida útil del producto en condiciones de refrigeración.